Bojayá, Chocó - Chocó es un departamento que representa el azul de la bandera de Colombia por su extenso Mar Pacífico que abraza la costa chocoana, y sus ríos que recorren como arterias varias poblaciones de esta zona del país.

Este departamento cuenta con una gran riqueza natural y cultural, además de una actitud resiliente a la violencia que ha marcado la historia de sus habitantes, en especial, de las comunidades ubicadas en el Medio Atrato.

La acción misionera de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha permitido llegar a los moradores que se asientan en este territorio, y como resultado el evangelio se expande en la región. Actualmente la iglesia cuenta con 4 templos donde se congregan cada sábado alrededor de 150 personas. 

“La zona del Medio Atrato ha pasado por la guerra. Muchos de nuestros miembros tuvieron que desplazarse, fue allí donde la feligresía disminuyó”, relató Camilo Paba, quien ministraba el Distrito Atrato Medio, perteneciente a la Asociación Sur Occidental. 

Así como muchos abandonaron sus hogares, pocos permanecieron con la esperanza de que algún día esa pesadilla acabaría. “una señora, Alexia Rentería, y su hijo, Hamilton Rentería, fueron los únicos que quedaron allí y decidieron permanecer firmes al evangelio y a la palabra”, comentó el ministro Paba. 

Una de las dificultades para que el mensaje viajara por este territorio era la movilización; el recorrido desde Quibdó, capital de Chocó, hasta los municipios de Bojayá, Medio Atrato, Murindó y Vigía del fuerte, que componen el distrito, es de 5 y 8 horas, aproximadamente, a través del imponente Río Atrato, el tercer río más caudaloso y navegable del país, lo que lo constituye como el medio de transporte más importante de la región.

“Llegué allí en el año 2017 y conocimos la gran necesidad que había. Para poder viajar necesitábamos pedir que nos llevaran o pedir prestados botes, y de cierta forma era riesgoso”, explicó.

Y es así cómo nace del corazón de Dios el proyecto por el que Alexia y Hamilton tanto habían orado: un bote misionero que llevara esperanza a cientos de familias chocoanas. 

Fueron meses de oración y puertas que se fueron abriendo con el pasar de los días. “El hermano Mario Pirazan, fue una de las personas que se vinculó fuertemente con esta iniciativa, decide contactar a algunos familiares y amigos quienes le apoyaron económicamente y el proyecto empieza a tomar forma”.

Este proyecto marchaba tan bien que personas no adventistas, que se dedican al comercio en la región, decidieron aportar recursos para que este sueño fuera una realidad, “Dios tocó corazones y ellos decidieron abrir su mano para compartir su dinero y tener este bote que llevará esperanza a muchas personas”, indicó Paba.

Finalmente, con el apoyo de la feligresía, pastores y donantes se logró completar el costo total del bote, el cual fue inaugurado el pasado sábado 29 de junio en Bojayá, municipio donde ocurrió una masacre en el año 2002 en la que murieron más de 50 personas; y allí, donde hubo sufrimiento y dolor, llegó la Iglesia Adventista con bendición y esperanza.

Al acto inaugural asistieron 100 personas, entre adventistas y no adventistas, y la administración de la asociación, en cabeza de su presidente, el pastor Joel Jaimes, quien dedicó una oración de agradecimiento a Dios por este nuevo vehículo. 

“A partir de este momento esta lancha queda oficialmente dedicada para la utilización de nuestras iglesias donde la podrán disfrutar compartiendo el evangelio maravilloso de nuestro Señor Jesucristo”, fueron las palabras del pastor Joel al cortar la cinta que anunciaba el inicio de una siembra de vida eterna en el Medio Atrato. 

Para Alexia este triunfo ha sido de mucha alegría, pues agradece a Dios por ello, y de igual manera, a todas las personas que se interesaron en este proyecto.

Edilberto Cuesta Mosquera, otro miembro de iglesia, cree que este bote “nos va a permitir trabajar más fácil para que la obra pueda avanzar con menos costos y, por la gracias de Dios, muy pronto vamos a tener en este lugar un nuevo distrito”.

Este nuevo vehículo fue fabricado con todos los estándares de calidad para mayor seguridad de sus viajeros y lo conducirá una persona capacitada que les ayudará a compartir el mensaje.

“La iglesia está comprometida con que el evangelio llegue, pero que lleguen seguros los predicadores; por eso, siempre estamos tomando las medidas de precaución para que nuestra iglesia pueda seguir avanzando sin ningún tipo de inconvenientes”, enfatizó el ministro Paba.

Pero la fiesta no paró allí. Un desfile de lanchas recorrió parte del Río Atrato, un hecho que provocó el interés de amigos de la iglesia quienes se integraron a esta celebración.

“Estoy agradecido con Dios porque esta es la respuesta a tantas oraciones, es la respuesta para aquellas personas que están orando y diciendo ‘Señor, ayúdame, yo quiero salvarme’”, exclamó Camilo Paba. Ahora, por medio de este bote misionero la Asociación Sur Occidental espera impactar a más comunidades donde aún no conocen el mensaje de Salvación y, de esta manera, apresurar Su pronta venida. [Daniela Arrieta, Periodismo UCN/ Fotografía: Kendy Santander]

 

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